No busques problemas

Compañeros de armas. Amigos. Al habla Kandros.

 

Hemos vivido momentos intensos en Heleus, llenos de conflictos internos y externos, esperados e inesperados.

 

En primer lugar, me gustaría deciros algo: cuando me uní a la Iniciativa y partí hacia Andrómeda, nunca había pensado en tener una vida militar. Sin embargo, la vida que he creado aquí —esta vida como director de la milicia— es más desafiante y gratificante que cualquier otra cosa que pueda imaginar. Y todo gracias a vosotros, a vuestro compromiso y maestría. Tengo suerte de liderar a soldados tan experimentados. Sí, sois una milicia variopinta con la obligación de servir cuando preferiríais estar colonizando Andrómeda, pero ningún comandante de un ejército podría pedir más.

 

Ahora hablemos de la misión: los kett. Esos capullos. Siento tener que enviaros ahí fuera a eliminar a esa pandilla de cerdos desalmados, malnacidos, huesudos e ignorantes. En toda mi carrera, jamás me he topado con un enemigo tan vil como los kett y su genocidio disfrazado de reproducción.

 

La base de combate Agua, recuperada recientemente de manos de los Roekaar, ha sido invadida por los kett. Repugnantes cobardes grisáceos. Escoria andante. Necesitamos que entréis allí y les hagáis todo el daño posible… Diezmadlos, saboteadlos y arruinadlos.

 

Podéis hacerlo. Que os divirtáis. Mostradles a esos estúpidos capullos presuntuosos lo que la vieja evolución es capaz de hacer. Enseñadles que la integridad y la decencia son potentes y pueden ganar.

 

Es un honor servir con vosotros. Corto.